¡Bienvenidos al Paraíso!

                              

El sueño azul del artista

lo mató el azul del mar,

la vida azul de sus muros,

 se los arrebató la sal,

los peces que hizo al óleo,

se han devuelto a su hogar,

la furia de la Madre Tierra

no tuvo piedad de la ciudad.

¡Bienvenido al Paraíso!

Se leía en Dichato al entrar,

saludos al cansado viajero

 anhelante y sediento de paz

con sueños  de un tórrido verano,

lleno  de  placeres y solaz.

Todos bajo el mismo sol

 a orillas   del mismo mar,

 separados por el fantasma

 del dinero y la clase social,

la “gente bien” se aparta

y se aloja en Pingueral,

Dichato es para el pueblo,

 los ricos dueños de “su litoral”.

 En la  quietud del oscuro descanso

furia de la tierra azota en la oscuridad,

el  océano se suma vengativo

y se levanta de su lecho a arrasar,

el mar del Paraíso no distingue

es ciego a la belleza y  condición social,

azota el muro azul con sus voladores peces,

y  la casa del humilde con sus redes de pescar,

la escuela, el retén, la iglesia; no distingue lugar,

 no respeta del rico su lujosa propiedad,

derrumba, arrastra, devora y asfixia

indolente avanza, destruye sin piedad

 la piedra, el acero, la madera y la carne

inmisericorde se los lleva  sin mirar atrás.

Sepulta en sal los sueños  del hombre

derriba de un zarpazo toda la ciudad.

Ha pasado el tiempo  y avanzo

por caminos sinuosos  y verde pastizal

 bajo la cuesta, llego temerosa  al litoral

me saludan  esparcidos en el suelo,

un puñado de escombros conocidos,

 astillas  azules de  un bello mural

rompecabezas de peces de ensueño,

me embargan las ganas de llorar,

pero desvío la vista y contemplo

mi gente dichatina, curtida y luchadora,

con fuerza, resignación  y  dignidad

 recogiendo entre el lodo y los escombros

los restos de lo que fue su hogar

Pueblo esperanzado, levantando su ciudad,

sonríen ante el perplejo visitante ,y le gritan al pasar:

¡Bienvenidos a Dichato!

¡Paraíso junto al mar!

 

( Dedicado a mi gente de Dichato)

Andrea  Sierpe