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jueves, 31 de marzo de 2011

Amor te espero…

¿En donde te has ocultado esquivo Amor?
Te busco noche y día ilusionada.
¿En qué recóndito espacio de mi alma
te has refugiado con tu risa  apagada?
Te llamo, te requiero a cada instante
y no escuchas mis lamentos, mi llamada,
Amor, te necesito para vivir y respirar,
para darle sentido a mis mañanas,
para devolver a mis ojos el brillo
que antes tenía en la mirada.
No temas a la herida, ya se ha ido,
no seas como un niño acobardado,
Amor, así es la vida a veces,
sales victorioso o sales lastimado,
no te quedes con tus alas marchitas,
tu tiempo conmigo no ha terminado,
mira…tengo el corazón dispuesto
a tus dardos de pasión envenenados,
te ofrezco mi pecho, sin temor al fracaso,
más vale eso que nunca haber amado,
el amor no se desperdicia,
lo desprecia el amargado,
no dejes que una herida apague
el fuego que llevas en tus manos.
Amor con ansias reprimidas te espero,
mariposas en mi vientre nuevamente anhelo,
rubor en mis mejillas, ahogos en mi pecho,
quiero entregarme a ti con el corazón pleno,
silente , apasionada , pero sin decir “te quiero”,
agazapada en un rincón, pudorosa de mirar
al que es de mi alma y corazón ,el dueño.
Amar sólo por dar amor,
sólo por sentir el dulce tormento,
nada a cambio, sólo entrega,
y fidelidad hasta en el sueño.
Levántate Amor, sale de tu encierro,
afila tus flechas, sumérgelas en veneno,
despliega tus alas, emprende el vuelo,
sonríe otra vez…¡Quiero amar de nuevo!
No importa te equivoques,
hasta eso lo prefiero,
que no volver a sentir
en mi vida el sentimiento.
No amar es estar en vida muerto,
el corazón ciego a la belleza
ajeno, insensible y seco.
¡Hostil la mirada, amargo el verso!
¡Amor ven a inundar mis labios
de palabras dulces, de poemas nuevos!
¡Te espero aquí donde siempre
frente al mar con mi pecho abierto!

Andrea  Sierpe
Recuerdos junto al mar…

En atardecer de verano y  playa solitaria
te  sentaste junto a mí, tímidamente,
y en silencio, viendo un tibio sol perderse
me ofrendaste un  cigarro y lo acepté sonriente,
me detuve curiosa ante tus ojos verdes,
me embrujó tu sonrisa, tu cuerpo adolescente.
Clásicas preguntas: tu nombre, de dónde eres,
avances típicos de un joven que quiere
compartir más que un cigarro,
cuando la noche llegue.
Me dejé llevar envuelta en tu marea
en  prohibidas olas de pasión
que  ahogan, perturban y  enceguecen.
Estrellas cómplices nos guiñan desde  el cielo
y el rumor de las aguas dicen: ¡Quiéreme!
Amor apasionado y sin culpas de un verano
caricias de espuma , pudor abandonado
historias que se juntan y que separan los años,
caminatas en la arena, tomados de la mano.
 ilusión de  juventud de los años enamorados,
 desandar de la vida mis pasos.
¡Pasado y mañana no importan mi amor!
¡Me dices dulcemente a mi cuerpo abrazado!
Nos separan los años, nos unen las carencias,
Y el oscuro azul del mar la pálida luna  refleja,
Y yo me reflejo en tus ojos, limpios de toda condena.
Lo nuestro un dulce recuerdo será
cuando nuestros cuerpos amar ya no puedan,
hoy seremos caricia, noche, mar y pasión
entrelazados  cuerpos bajo las estrellas,
mañana un dulce sabor  a sal
tendremos en nuestras lenguas,
caricias impregnadas en la  piel,
ganadas  vitalidad y experiencia.
Recordaré para siempre
tus ojos verdes y tu piel morena
se quedarán en mí,  tus besos y tus promesas
y el deseo de que en algún verano, frente al mar,
en un tibio atardecer… a mi vida vuelvas.

Andrea  Sierpe

Flores Autora: María Elena González Valenzuela

Deja entrar la poesía

miércoles, 30 de marzo de 2011

Siembra vientos...

Después de la lluvia...

Siembra vientos…

Veneno llevo en las venas,
las hieles tengo al interior,
negra como la noche mi aura,
ponzoña en los ojos, la sonrisa y la razón.
Mi cabello con hiedra entretejido,
copia de Medusa mi maldición,
no logro exiliar mi odio al olvido,
me quita el aire, pulula alrededor.
Alimenta mi vida a diario,
me sostiene, me da valor,
oscura altivez a mi cabeza,
fortaleza , dureza, decisión.
Ya no puedo vivir sin ello,
ya no puedo partirme en dos,
una era dulce, tímida, sincera
la maldad de otros la mató.
Tanto sembrar cizaña en mi camino,
arrojarme espinas , ofrendarme dolor,
acabaron con la niña que soñaba,
acallaron con maldiciones mi voz,
transformaron mi canto en sollozos,
mi risa sincera en desesperación,
por ello el rencor me inunda el alma
 se ensañaron de mí sin compasión,
carteles en las ropas para burla
injurias que no tienen perdón,
hicieron de la meretriz dama
y víctima al pecador,
me dejaron las entrañas muertas,
oscura la mirada, negro el corazón
de amigas tengo ahora a las Furias
y en los abismos busco comprensión,
en la oscuridad mi fuerza…
¡En la venganza mi redención!

Andrea  Sierpe


El loco del cuarto de libra

País de locuras es este,
endemoniado y adicto
a lo sin trascendencia,
la clase que se cree de casta
cegada por el falso oropel del exitismo,
enferma terminal del consumo,
con los bolsillos henchidos de dinero plástico,
hambrientos de arribismo egoísta.
Feroces manadas de incomunicados
recorren la urbes sordos con celular,
no escuchan el susurro del viento,
ni el caer sordo de la lluvia,
ni la súplica del desposeído,
no ven la miseria a ras del piso,
claman por la seguridad de lo privado,
levantan muros de indolencia en las ciudades.
¡Gritan y vociferan por su cuarto de libra!
Con el vientre lleno de ambiciones satisfechas
¡Gritan y vociferan por su cuarto de libra!
En los pasillos del Congreso y en el Palacio,
¡Exigen a golpe de mesa su cuarto de libra!
En las reuniones de accionistas en la empresa,
en las Comisiones del Senado,
en los Concejos de la Alcaldía,
y nadie conscientemente los graba,
nadie los escarnia en público o los entrevista,
nadie los sube a las redes sociales.
Para eso, para estas burlas públicas
están quienes no son del “Club”,
tú y yo, el ambulante, el docente,
el poblador, el feriante, el mendigo…
Los que no vociferan, los que no golpean la mesa,
los que tienen el vientre a medias
y las cuentas atrasadas sobre la mesa,
a los hijos con la educación al debe,
que están a la espera en hospitales,
al jubilado en su miseria,
al indígena despojado de su tierra.
¡No somos del  Club del cuarto de libra!
Somos del colectivo del pueblo,
del honesto que vive de lo que a ellos les sobra,
de la masa anónima y silenciosa que sufre,
pero que calla y no golpea la mesa…
¡Qué distinto sería mi país,
si por un día el pueblo fuera
como el loco del cuarto de libra!

Andrea  Sierpe
Pasión desenfrenada 


Entre  sus brazos me sentí mujer 
con sus besos sabor a miel 
que mi cuerpo recorrieron apasionadamente,
sus caricias que dejaron
surcos avasallantes  en mi piel.
Pasión ternura que en mi siempre
han de quedar ...
Tú silueta aún grabada en mi cama 
cómo con hierro se forma, 
a fuego lento…
Tú me enseñaste a amar 
y llenaste de locura mis argumentos,
dejando así mi mente inerte
inundada  de pasión y caricias  
que he de llevar en mi locura…

Keilyd  Keilyn

martes, 29 de marzo de 2011

Deseos ocultos


Deseo tu boca, 
deseo tu cuerpo,
deseo tus manos
tocando mi cuerpo,
sin restricción alguna
tuya quiero ser,
y perderme entre tus mares
abiertos de placer, 
recorrer tu cuerpo
cuan navegante  errante, 
mi barca  sin timón
desea naufragar 
en tus labios cubiertos de miel
y acariciarte hasta el amanecer, 
tú ya te vas, 
y comienzo a desearte otra vez.


Keilyd  Keilyn
CREPÚSCULO DE DICTADORES



Vistas  a los perros ciegos,
que no quieren ver,
bofetazos  a los ingenuos,
que no quieren oír.

Tregua sin piedad ,a los malditos desdén,
que miran al desdichado
cómo un pájaro acorralado .
¡Malditos infelices!
Por andar con harapos y raídos atuendos.
¡Malditos dictadores todos!
"MEDIA ALTA SOCIEDAD "
¿De qué te sirvieron los años de nobleza?

Que por ser limosnero y pedir, los multan, los encarcelan,
y yo me pregunto:
¿Qué pasa con los que matan, violan y roban?
¿Y que ha sucedido con el recordatorio de la Encíclica?
¿Quizá no se practicó?   ¿o se perdió ?

Malditos dictadores todos.
Malditos racistas , maldita sociedad,
¡Que no  te conformas con nada!


                       
Blu  Notte

lunes, 28 de marzo de 2011

Poesía de mujer

Ya empecé a amarte

No me di cuenta
cuando ya empecé a amarte
lo supe el primer día  que no te vi
y  ya empecé a extrañarte.
Ya empecé amarte
lo sé porque cuando
no te tengo cerca
no dudo en abrazarte.
Ya empecé a amarte
porque deseo con ansias
el poder besarte,
porque extraño la
claridad de tus palabras
y el calor de tus miradas.
Si sé que te empiezo a amar
porque llego a mi casa
contenta queriendo cantar,
porque siento una emoción,
un miedo, una euforia,
por besarte,
que quisiera gritar
y sé que eso se debe
a que te empiezo a amar.
Ya lo sé y sé que lo sabes
pero aun así quiero buscarte
¡Para decir, que ya empecé a amarte!

Keitry  Moon
Después de la lluvia…

Me embruja estar a solas contigo
después de la furiosa tormenta,
seguirte en  húmeda senda
hacia un bosque perdido,
amarte en la humedad
entre las ramas y el rocío,
mirar tus ojos, sentir tu piel
tu aroma y tu calor junto al mío,
el sordo rumor de las hojas
y de las aves, alborotado el trino,
el viento entre los árboles,
el aire dulce y limpio,
sentir tu aliento tibio,
en mi cuerpo humedecido.
Sólo verde  silencio
amor y escalofrío,
no separar nuestros labios
hambrientos y enardecidos,
encendidos nuestros cuerpos
en el bosque entumecido,
con la libertad de no acallar
el gozo, los susurros y el gemido,
hierba y lluvia tenemos por lecho
y la silente  luna por  testigo.
¡Dos amantes cual la hiedra
entrelazados e infinitos!

Andrea  Sierpe

domingo, 27 de marzo de 2011

Amor  eterno


Puedo ver el cielo desde aquí 
y también puedo ver que tú no estás 
te busco, te busco y no lo puedo soportar
ya no estas aquí
ya no volverás 
Tengo que saber lidiar con esta lucha 
¡¡Oh Dios!! No lo puedo soportar
siento que me falta el aire
siento esta maldita soledad 
que me inunda más y más
pero qué dolor es el no tenerte
pero qué angustia me da el recordarte 
y recordar ese momento 
cuando el último aliento 
ese beso inigualable
la despedida de un adiós agonizante.
Ya no puedo más sin ti no soy nada
por eso amor, mi decisión
es seguirte sin importar lo que pase 
dejaré mi vida, mi tierra, mi gente
para perseguirte en el más allá 
y que nuestras almas se encuentren 
para vivir juntos por la eternidad.


Leslie  Parra
Soledad

Este dolor que siento aquí dentro,
tan dentro de mí 
tan profundo y amargo .
Es por causa de la incomprensión 
de mis sentimientos confusos
de ese pensamiento tan hostil
que inunda mis entrañas 
recorre mi cuerpo
y envuelve mi ser.
Es la soledad, soledad que no me ayuda
pero cuando te envuelve es tan sutil 
tanto como una joya de las más finas
de aquellas más deseadas.
Yo por mi parte debo decir 
que esta soledad no me permite vivir en paz
ya es dueña de mi vida
se ha apoderado de mi vida lentamente, 
en cada segundo, cada instante.
Lo único que he querido
es una vida normal
con amigos, felicidad y amor.
Pero he comprendido que para mí
sólo existirá en sueños
e ilusiones confusas y lejanas
en cuentos de hadas o ficción
esa es mi realidad o para otros
mi maldita suerte
he pensado que muchos creen en el destino
y me pregunto ¿Cuál será el mío? O
¿Cuál es mi propósito en esta vida?
Todavía no logro llegar a una conclusión correcta
me siento como una hoja
volando en el viento
triste, solitaria, abatida y sin un rumbo.
Me pregunto si existirá
alguien capaz de entenderme
de comprender mi perfecta estupidez
me encantaría encontrar a alguien
que sea mi mundo
uno que no he intentado buscarle
pues pienso que si llegase a existir
me encontrará primero.
Creo que esta soledad me ha calado tan profundo
como lo hace una daga.
 y me ha hecho cuestionarme incluso
la existencia de un Dios, la vida y la muerte.
¿Realmente vale la pena existir?
Existe un vacío tan grande en mi interior
y todavía no he hallado como llenarlo,
y mientras no encuentre una forma para ello
seguirá en mi nada más que
la soledad.


Leslie  Parra

sábado, 26 de marzo de 2011

El mendigo

Entre verdores mustios y fétidos
Siento  desde el hedor un grito
Una monedita patrona!
Lo que sea su cariño!
Mi mirada cansada  de colores de  feria
se hiere con el gris de su vestido,
el rostro curtido, la mano agrietada
vestigios de los soles y los fríos
Lo que sea su voluntad señora!
Me imploran sus  ojos sin brillo
una boca desdentada
me regala una mueca de niño
¿Qué historias encierra tu alma?
¿Qué tierras cubren tus vestidos?
Una moneda señora, no he comido!
Una moneda sólo le pido!
El pelo cano, el gorro raído
la mano temblorosa por el vino.
Escarbo en mis bolsillos pensativa,
mezcladas  rabia, tristeza ,hastío.
Sólo una moneda para mí,
otro sorbo para el dolor del desvalido
Dios se lo pague patroncita!
Me grita en  su locura agradecido,
me alejo pensando en el Dios
que en el templo muestra el corazón herido
y ruego que ahora Él esté
en el fondo de ese trago de vino,
le vea el rostro a este hombre
y lo abrigue esta noche del frío,
le inunde el sueño con recuerdos
de los pocos felices que ha tenido,
 lo reciba cuando llegue su hora
sonriendo a  su espíritu limpio
la mesa dispuesta, radiante el vestido,
curadas las heridas y abierto el Paraíso.


Andrea  Sierpe