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martes, 19 de abril de 2011

No dudes…

¿Qué se ama cuando no se tiene
la palabra encendida al oído,
la caricia y el beso ardiente
el cuerpo en éxtasis poseído?
Se ama la mirada silente,
la palabra es caricia en el verbo,
los besos son pluma que se enciende.
¡Se posee con el fuego profundo del verso!
¿Quién dijo que no se puede amar
lo que no se posee?
¡No te poseo y te amo,
no te toco y te siento,
no te veo y te sueño!
Te amo cada noche al cerrar los ojos,
despierto de tanto amarte fatigada,
entre suspiros envuelta en mis sábanas,
con una sonrisa y un sabor dulce en mis labios.
Empiezo cada mañana, esperando tus palabras,
yo la última que te escribe de amor,
y la primera que te lee de madrugada.
No puedo tocarte pero te siento cerca,
tanto que pareciera sentir tu aliento en mi nuca.
Camino sin aire y con el cabello revuelto,
cómo una leona ansiosa de atacar,
la presa a la que sabe no puede llegar,
que está lejos, pero que le desata hambres que desconocía.
La mirada distinta, me encuentran,
brillante, aguzada, felina…intimidante.
¡Y eso que estás lejos…!
Pareciera que tu aroma llega hasta aquí,
y el viento de otoño me envuelve en él,
es olor a bosque después de la lluvia,
un aire que duele respirar,
pero que envicia…¡Me envicias tú!
Tu poesía, tu mirada, tu fuego,
soy adicta a ti…y dudas…!
¡No te permito que dudes!
Me agitas entera cada mañana,
no puedo dejar de escribirte
y sentirte cada vez más cerca.
¡No lo olvides nunca!
¡Te quiero!
¡A los kilómetros que estés!

Andrea Sierpe

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