No quiero regresar

Se está muriendo el verano,

el sabor del mar se me va,

su sal se muere en mis labios,

no quiero se vaya la luz,

ni los despertares cálidos,

quiero seguir sintiendo

la tibia arena en mis manos,

no quiero dejar mi tierra

y emigrar al sur  ingrato,

alejarme del vientre materno,

para volver al desamparo,

no quiero ruidos de bandurria,

quiero de gaviotas el canto,

no me enamora el copihue,

no me enamora el lago,

jardín de algas prefiero,

y amor de espuma a mi paso,

no quiero irme del hogar

quiero eterno el verano,

no del sur su pálido sol

y su otoño deslavado,

mudar el cantar alegre de mi gente

por el canto sureño apagado,

mi aroma a ciprés y a pino

no el del canelo perfumado,

mis muertos con vista al mar,

antes que feria y mercado,

pescar en compañía de mi padre,

que mal verbo en el trabajo.

No quiero se apague el sol

en mi tierra todo el año,

no quiero volver al Ñielol,

ni ver del Cautín el paso,

quiero mis coloridas caletas,

mi bosque, mis cerros altos,

los viñedos y las lomas,

membrillares y duraznos.

Amor tengo de sobra aquí,

ternura, acogida y encanto.

Desprecio y mirada hostil

me esperan al otro lado.

¡Madre no quiero volver!

¡No quiero volver este año!

Pero con crueldad caen los días,

y avanza el calendario,

indolente llega marzo,

y el dolor a mi costado,

maletas que no quiero hacer,

llanto en el pecho ahogado,

despedidas y volver,

por penosa cinta de asfalto.

Me alejo de mi Tomé,

con el corazón en la mano,

lo tendré ahora que guardar,

en oculto cofre blindado,

donde no lo puedan herir,

con espinas y maltratos.

La llave quedó en mi casa,

en un cajón olvidado,

junto a caracolas ,cartas de amor,

y fotos sepia de seres amados.

Se quedaron en un rincón,

como pétalos amargos,

un manojo de tímidos versos,

de  tiempos en que fui feliz,

en el sur, en otros años ,

cuando amaba los copihues,

la lluvia, el volcán y el lago

me perfumaba el canelo,

y no sabía de llanto.

¡Dolido retorno es este

del amor al desencanto!

Andrea  Sierpe