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domingo, 8 de mayo de 2011

Desde  el  sur…

Lluvia de mañana, sueño inquieto, niebla.
Más temprano en el norte sale el sol.
Rutina de la máscara, frías despedidas,
¿me tendrá en sus pensamientos mi amor?
Algarabía de pasillo, rutina de mis días.
Pan de leña, aceite de oliva…,¿me leíste hoy?
Me aparto de todos, en mi rostro sonrisas,
tus palabras dulces, me  llenan de ilusión.
Clase, literatura, escaleras, alegre prisa,
espero ansiosa escuchar tu voz,
labios distantes, pasión sin medida,
soledades gemelas que el destino unió.
Tengo paz en el alma, me siento plena,
el que seas feliz…,  mi obsesión,
no me importan distancias, humanas  barreras,
cuando de verdad amo, entera me doy,
puedo ser feliz, puede que me hieran,
no pido nada a cambio, así soy,
no soy de tibiezas, no le temo a la espina,
me  ha desgarrado tanto, ya no siento temor,
entre tantas en mi camino, por fin la rosa,
la sin espinas,  que no causa dolor,
la que envuelve mis días con su aroma,
que no se marchita, ni pierde el candor.
Entre todas, una mirada me roba
todo miedo, toda duda, toda razón,
es esa luz en tus ojos, mi vida,
es tu alma, tus versos, tu interior.
Mi noble caballero, mi mitad perdida,
que al fin con los míos se encontró,
entre tanta gente y tantas prisas,
¿qué misterio nos cruzó?
Verso de noche, para ti amanecida,
leerás más tarde y no sentirás mi voz,
pero lo escrito, nada lo silencia
¡Ya nada puede acallar mi corazón!
Tú lo dijiste, la sangre y la pluma,
y de sangre mis versos, van a tu balcón.
¡Abre tus ventanas, deja entrar la brisa,
Viene  desde el sur lejano un rumor,
 te envía un regalo, sierpe enamorada,
lluvia de rosas y versos en tu habitación!

Andrea  Sierpe

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