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jueves, 16 de junio de 2011

Apártate  mula  terca

A cada loco su camisa,
la tuya de filoso acero,
a  ver si sacas entre ella tu lengua,
y  te la cortas por completo.
¿Acaso no ves que aquí se detesta,
al cobarde y al pesebrero?
¡Puño en alto el “artista”!
Debieran atarte las manos,
para impedirte tal  mentira,
con púas un carcelero,
vendar tu odiosa vista,
de inocente perro apaleado,
de falsa y fingida víctima.
Cazador de faldas , caz(s)ado,
te mereces hembra promiscua,
y  no honesta  mujer a tu lado,
porque  a ésa  se le conquista,
se le atrae con sutileza y encanto,
dones que no prodigas.
Te calza la loca del rebaño,
a ésa que todos evitan,
dos camisas, dos locos,
que  sólo frustraciones  vomitan,
viviendo  en bares como despojos,
amor donde las ratas anidan,
pasión entre orín de borrachos,
de falsa  e interesada caricia,
labial de  vinagre en los labios.
¡Qué  preciosa y digna  tienes tu vida!
Para enmarcarla primorosa en un cuadro,
de título:  “Soñada felicidad”,
aunque  de ensueño  tenga  poco,
y más viva en ella la pesadilla.
Castillo de naipes construido,
sobre la desdicha de una familia,
no tienes  mejor futuro,
que sólo de la rosa, la espina.
Te has hecho daño solo,
y  solo lamerás tus heridas,
no te sirve consejo ni sicólogo,
lo tuyo es darte paliza,
quebrarte dura vara en el lomo,
cómo a las mulas cuando porfían,
dejarte cojo, cortarte el rabo,
a  ver si con eso te encaminas,
te quedas por fin callado,
y  sólo a tu vida te aplicas,
dejas de transformar en infierno,
los senderos  por donde pisas.
¡Estoy  de ti y tu verbo amargo,
hasta más arriba de la coronilla!
Aleja de mi territorio  tus pasos,
apártate prudente de mi furiosa vista,
mi pluma será  látigo despiadado,
no te gustará lo que ella escriba,
no tendrás, en sotana, refugio,
ni te salvará la ventaja política.
Mis versos “domésticos” son claros,
y las palabras, las precisas.
¡Qué no vuelva la mula al trigo!
¡En mi tierra nadie me predica!
Aquí tengo ganado derecho,
a  vivir plena y feliz mi vida .
¡No hostigues, se cauto!
¡Mi Sierpe no está tranquila!
¡Insisto, es mía,  pero no la domino!
¡Y su ira contenida , en los ojos, ya le brilla!

Andrea  Sierpe

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