Amante de verano
Entre senderos perdidos
de musgo, cascadas y lava
fuimos un día furtivos caminantes ,
dónde los demás no llegaban,
entre los arboles destellos de sol
y un lecho de hierbas, ¡al fin amantes!
Entre los robles y el rumor del agua
fuimos paisaje de amor frente al Lácar,
me coronaste con flores,
de pétalos llené tu espalda,
¡Quédate conmigo hasta el alba!
Me pedías con tu mirada,
no necesitábamos palabras,
nuestros ojos las adivinaban,
cómo un Fauno me amaste en la noche,
cómo príncipe de día me tratabas.
¡Nos queda poco tiempo juntos!
Con tristeza exclamabas,
nunca hasta esa noche me sentí
tan mujer, tan deseada,
¡Te esperé tanto tiempo!
Decías mientras me amabas,
te acaricié hasta el infinito
a tu cuerpo amorosamente enredada,
dos almas ahora juntas,
en días más separadas,
frontera de hielo entre ambos,
que cada año se traspasa,
en la noche somos en amor uno,
y en el día fulgor en la mirada.
Amor secreto mío, de mis veranos dueño,
te extraña mi alma, te quiere mi cuerpo,
en mi vida sólo tengo un anhelo,
que vengas a mí, aquí te espero,
a los pies del verde Ñielol,
como Ninfa enamorada,
en mi tierra sureña, gris y deshojada,
este invierno te pido amor,
que cruces por mí la montaña,
que me ames en mi suelo,
de la noche a la madrugada,
rojos copihues tengo para ti,
para cubrir de pasión tu espalda,
y un lecho de pálidas hojas
para ser tuya hasta el alba.
¡Verás que el sabor de mis labios
con las fronteras no cambia!
Andrea Sierpe
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