Para ser perfecta…
Me
he desprendido de mí…
ya
no me necesito…
Sobre
la mesa de la cocina,
mudos
y secos,
están
mis labios,
aquellos
antes, pródigos en besos.
Besos
que ahora
no
sirven para nada,
más
que para herir mi memoria.
En
un rincón de mi cuarto
he
dejado olvidado,
como
artículo inservible,
el
deseo.
Porque
para ti
desear
y amar
no
son lo mismo,
te
lo dice,
tu
engreído raciocinio
de
hombre que lo cree saber todo.
En
una silla de la sala,
inertes,
pálidas y frías,
inútiles
para la caricia
mis
manos.
En
un oscuro armario,
en
la última de sus gavetas,
entre
viejos papeles,
toda
mi piel,
que
ya no quiere sentir,
el
calor de la tuya.
Mis
ojos, antes enamorados,
los
tiré sobre la almohada,
ojos
cansados ya,
de
tanto llorar tu abandono.
Y
mi corazón,
antes
pleno de amor por ti,
lo
he depositado,
(lo
que quedaba de él),
en
una vieja caja,
en
un cuarto húmedo
que
nadie habita,
bajo
flores secas… oculto
donde
jamás…jamás
nadie
pueda encontrarlo.
Me
he desprendido de mí…
Ahora
soy lo que querías,
una
hembra “correctamente anulada”
la
mujer perfecta para ti…
la
única capaz de hacerte feliz…
Andrea Sierpe
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