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miércoles, 29 de agosto de 2012


Mi  hijo

 

Me miras de soslayo,

sonriendo…

Con ojos mimosos de cervatillo

entre  temeroso y tierno.

Acaricias mis cabellos

y juegas,

enredándolos  entre tus frágiles dedos.

Te refugias

como hace pocos años

muy pegado a mi pecho.

Hijo…no temas…

Y disimulo mi voz quebrada

con un beso.

Hoy estás conmigo

sabes lo mucho que te quiero,

donde esté tu madre

estará tu casa, mi cielo…

Afuera …lluvia inclemente,

vientos fríos,

que todo lo arrasan.

Adentro…tengo mi sol…

está a mi lado en la cama.

La sonrisa de mi hijo

llena de luz mi morada.

Mi hijo…

tiene la sabiduría ingenua

de los que la maldad no atrapa.

Ha sufrido antes de tiempo

y llorado de noche

en su pequeña almohada.

Su pequeño corazón

de amores rotos

no entiende causas.

Ha sufrido antes de tiempo

mala herencia de quienes ama.

No se rebela…no recrimina…

no toma partido ni distancia.

Mi hijo…

solo se remienda el alma.

Hijo mío, si yo pudiera…

Y él sólo calla…

Hijo… los adultos somos complejos…

y me corta el aliento

con sus palabras:

“Te quiero mamá…no pasa nada”

 

Andrea  Sierpe

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