Mi hijo
Me
miras de soslayo,
sonriendo…
Con
ojos mimosos de cervatillo
entre
temeroso y tierno.
Acaricias
mis cabellos
y
juegas,
enredándolos
entre tus frágiles dedos.
Te
refugias
como
hace pocos años
muy
pegado a mi pecho.
Hijo…no
temas…
Y
disimulo mi voz quebrada
con
un beso.
Hoy
estás conmigo
sabes
lo mucho que te quiero,
donde
esté tu madre
estará
tu casa, mi cielo…
Afuera
…lluvia inclemente,
vientos
fríos,
que
todo lo arrasan.
Adentro…tengo
mi sol…
está
a mi lado en la cama.
La
sonrisa de mi hijo
llena
de luz mi morada.
Mi
hijo…
tiene
la sabiduría ingenua
de
los que la maldad no atrapa.
Ha
sufrido antes de tiempo
y
llorado de noche
en
su pequeña almohada.
Su
pequeño corazón
de
amores rotos
no
entiende causas.
Ha
sufrido antes de tiempo
mala
herencia de quienes ama.
No
se rebela…no recrimina…
no
toma partido ni distancia.
Mi
hijo…
solo
se remienda el alma.
Hijo
mío, si yo pudiera…
Y
él sólo calla…
Hijo…
los adultos somos complejos…
y
me corta el aliento
con
sus palabras:
“Te
quiero mamá…no pasa nada”
Andrea Sierpe
No hay comentarios:
Publicar un comentario